Por Ing. Agr. Gabriel Arenares – Bambú del Este
Se acerca la primavera, una temporada crucial de regeneración en la naturaleza en estas latitudes del sur, donde la vida renace después de la latencia invernal. Con el aumento de la temperatura y el alargamiento de los días, la energía de la tierra comienza a pulsar nuevamente.
Los bambúes no son la excepción. En esta época, se produce una transformación evidente en las plantas de bambú. Comienza un recambio exhaustivo de hojas y la brotación de nuevas yemas, lo que nos regala un follaje de color puro e intenso, lleno de vida. Este proceso trae consigo un nivel de actividad muy alto dentro de la planta, ya que con la mayor incidencia de radiación solar, la fotosíntesis aumenta y, por lo tanto, la planta genera más reservas.
Además, a medida que los días se alargan y la temperatura sube, en algunas especies comienza la brotación primaveral. Esto no es nada menos que el nacimiento de nuevas cañas desde el suelo. La fuerza de la luna despierta los brotes que se generan en los rizomas subterráneos, que emergen con una energía desbordante. Los brotes de bambú son como cañas comprimidas que se estiran telescópicamente a una velocidad única en el reino vegetal, incluso en nuestras latitudes. Nacen con el diámetro final que tendrá la nueva caña, cubiertos por hojas caulinares, estructuras coriáceas que le brindan sostén a la tierna caña, que contiene un altísimo porcentaje de agua. Una vez que la caña alcanza su rigidez, esas hojas se desprenden.
En Uruguay, las especies de bambú que brotan en primavera son aquellas con rizoma monopodial o leptomorfo, comúnmente conocidas como “corredoras”. Un ejemplo es la clásica caña tacuara (Phyllostachys aurea), muy extendida en el territorio. Otras especies incluyen Phyllostachys nigra, Phyllostachys edulis, Phyllostachys reticulata, Phyllostachys makinoi y Arundinaria simonii, entre otras, que integran la tribu Arundinarieae, parte de los bambúes leñosos.
Cada especie tiene su propio ritmo y dinámica de brotación, pero en general, todas las “corredoras” brotan en primavera. Este cambio fisiológico es muy potente, ya que, a partir de las reservas acumuladas en los rizomas durante el año, nacen las nuevas cañas, resultado de una intensa división celular y movilización de energía, lo que da lugar a la nueva generación de cañas.
Es importante recordar que, aunque los bambusales se regeneran naturalmente, su capacidad de brotación disminuye cada año si no se les realiza un manejo sostenible. La planta “interpreta” que la cantidad de cañas existentes es suficiente. Técnicamente, las cañas más viejas, a partir de su segundo o tercer año de vida, comienzan a aportar cada vez menos reservas a los rizomas. Esto genera que, si se acumulan muchas cañas de esa edad o mayores, disminuya la cantidad total de reservas y, por lo tanto, la capacidad de brotación. Las cañas jóvenes, de uno o dos años, son responsables de más del 80% de la acumulación de reservas para la brotación del siguiente año. Este ciclo explica por qué un bambusal sin manejo adecuado tiende a regenerarse menos con el tiempo.
Por eso, el manejo sustentable de los bambusales es una práctica clave para promover la regeneración. Las cañas viejas, que ya tienen dos o más años, están listas para ser utilizadas como madera. Al extraer estas cañas, se reduce la edad promedio del bambusal, lo que favorece una mayor regeneración natural. Más regeneración significa más brotación y, en consecuencia, más cañas. Además, los brotes de la mayoría de estas especies son comestibles y se cuentan entre los más deliciosos de los bambúes leñosos. Si se cosechan en el momento adecuado, incluso se puede promover una mayor brotación durante la temporada.
El manejo no se realiza en primavera, ya que esta es una época para contemplar el resultado del manejo previo en términos de regeneración. Las cañas se cosechan en otro momento del año. Ahora es un tiempo de pura contemplación y de meticulosa cosecha de brotes comestibles que nos ofrecen estas maravillosas especies.
Para finalizar, los invito a hacer un pequeño experimento: coloquen una regla larga, de más de un metro, al lado de uno de los brotes que emergen del suelo. ¿Es cierto que crece 30 cm por día? ¡Descubrilo vos!