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El Bambú como inspiración para estudiantes de administración de UTU

La experiencia de Leticia Ortiz.

En 2023 tuvimos el placer de conocer a Leticia y un grupo de estudiantes de administración de la UTU de Malvín Norte (Montevideo). Se acercaron a Planeta Bambú para conocer más de la planta y del potencial productivo a nivel local. Se inspiraron en esta temática para su proyecto final de cierre de carrera. 

Le pedimos a Leticia que narrara con sus palabras esta aventura de encontrarse con el bambú y lo que les despertó a nivel personal y como grupo. Una alegría infinita saber que a este grupo de estudiantes les “tocamos el corazón” e inspiramos con lo que hacemos. ¡Tarea cumplida!

Les dejamos a continuación su relato y le agradecemos desde ya por las fotos que nos proporcionaron para compartir en la nota.

¡GRACIAS por COMPARTIR TU EXPERIENCIA LETI!

“¡Hola! 

Mi nombre es Leticia. El año pasado cursé el último de 3 años, del curso de administración en la UTU. Y por si no sabes, te cuento que para el egreso es necesario presentar un proyecto final, que requiere crear desde cero una empresa, con todo lo que eso significa. 

¿Que tendrá eso que ver con este espacio?, te preguntarás. Bueno, como todo siempre tiene que ver con todo, si te interesa, te lo cuento…

Ese proyecto final se presenta en equipo, y te imaginarás lo que fue pensar y, sobre todo, ponernos de acuerdo en qué era lo que íbamos a presentar. Fue todo un reto. 

Nuestro equipo no era para nada homogéneo y hoy me siento agradecida porque así fuese. Pero eso significó que se dieran todo tipo de encuentros y desencuentros, aunque ese ya es tema para otra vez. Lo cierto es que solo había unanimidad en un punto: queríamos que nuestro proyecto sea ambientalmente responsable. Después de tantas idas y venidas creamos “Pacha mía”; una tienda de productos sustentables basada en tres tipos de productos; una marca de ropa hecha de telas de bambú, productos naturales de cuidado personal sin envases plásticos, y productos de bambú para el hogar, todo de la mano de aliados/proveedores locales. 

Debo confesar que me obsesioné un poco con el tema, y más allá de mis aportes al grupo para la tarea, empecé a buscar qué cosas sustentables se hacían en Uruguay. Encontré emprendimientos enfocados en “lo bien que se ve que seamos una empresa responsable”, el “qué lindo que queda”, y “cuánto se vende con esa etiqueta verde…” Pero también había muchos que realmente estaban preocupados por el cuidado del medio ambiente y del planeta.

Entonces leyendo por acá y por allá, descubrí que la tacuara es bambú, ¡LA TACUARA ES BAMBÚ! Y tiene además un montón de cosas maravillosas para decir. 

Fue entonces que les conté al resto sobre lo que había aprendido y decidimos que nuestro proyecto debía incluir todo esto de alguna manera, porque era algo realmente novedoso para nosotros. Así que empezamos a buscar proveedores locales que hagan cepillos de dientes de tacuara…para no tener que traerlos desde China dijimos, ¡es perfecto! 

Ya nos imaginábamos uruguayos cortando caña y haciendo cepillos, vasos, platos y tantas cosas más, poder vender las mismas cosas que hace China en Uruguay, y porqué no en toda la región. Era un sueño eso, una planta que siempre creímos que era “una plaga” podía ser la base de una empresa multinacional que vendía millones al año. Entonces leí por ahí una nota que le hicieron a “la mujer bambú”, y le mandé un mensaje. Fue grande la sorpresa al enterarme que no, que en Uruguay no se hacen productos de tacuara de esa forma. Al principio pensé que era un desperdicio, que cómo se iba a desaprovechar todo ese potencial. Pero después, de a poco, hablando con Analaura entendí porque ella, y otros emprendedores, no lo habían hecho. Respetaban a la tacuara, y sabían que iba mucho más allá de producir un montón y ser los reyes en el tema. En cambio, preferían cuidar al tacuaral, dejarlo ser, desarrollarse y permitirle ser parte de sus vidas. Ahí supe que se hacían otras cosas con la tacuara, cosas que no hacía China, pero que eran infinitamente mejores. Así que hablamos con mis compañeros sobre todo esto, y les contamos a nuestros profesores y a todos quienes nos preguntaban por nuestro proyecto, sobre la tacuara. Descubrimos así que muchos no sabían del tema, y que se quedaban maravillados con todo lo que explicábamos. 

Así que empezamos a hablar de que en Uruguay hay bambú, de que el licor que se hace de la tacuara es exquisito, que también se hacen preparaciones como los brotes en escabeche, y tantas cosas más que descubrimos gracias a Analaura y Lucía. Presentamos el proyecto en un concurso y fuimos finalistas, lo llevamos también a una exposición y todos quienes se acercaban estaban igual de sorprendidos que nosotros. Propusimos una charla sobre emprendedurismo sustentable e invitamos a Analaura y Ana (del proyecto Recumple) a que vengan a contarnos sus experiencias. Y la verdad es que aprendimos un montón. Fue enriquecedor de muchas formas y finalmente pudimos conocer personalmente a las chicas.  Alguien en la charla les dijo antes de empezar: “¿Así que ustedes son las culpables de que estén como locos con el bambú?” Jajaja, y era verdad, estábamos como locos con el bambú. 

Unos días atrás les había preguntado cuál era el tipo de planta que servía para hacer té, ya que queríamos presentarlo como degustación el día de la defensa final del proyecto y no habíamos encontrado. El día de la charla, poco después de irse, Analaura y Lucía me envían un mensaje diciendo “Lety a la entrada de la UTU hay tacuara, ¡y del tipo que precisan para el té!” Quedé en shock, todo este tiempo había estado ahí, viéndonos entrar y salir, y en nuestra ignorancia nosotros nunca la habíamos visto. Así que el día de la defensa hicimos el té con tacuara de la UTU. Desde Aurora de las sierras vinieron brotes en escabeche y licores que degustamos. Trabajamos incansablemente durante todo el año, y ese día resultó perfecto. Y más allá de contabilidad, planillas, economía, gestión y redacción comercial, aprendimos que en Uruguay hay bambú, que hay gente que hace cosas maravillosas con él, que el té, el licor y los brotes en escabeche son exquisitos, y que descubrir la magia y la ancestralidad que hay detrás de todo eso es mucho mejor que soñar con hacer cepillos de dientes y vasos…

Hablando desde mi experiencia personal, el año pasado me llevó a descubrir todo este mundo de la tacuara, a conocer gente maravillosa, aprender de cada uno de mis compañeros, y a pensar un poco más en que consumo y como lo hago. Creo que fue un ganar/ganar/ganar completo.

Además, quedé encantada con la luz que emanan estas dos mujeres maravillosas, descubrí más de toda su historia a través del podcast de Analaura y vi fotos hermosas de una Aurora de las sierras que algún día me gustaría conocer. De mi parte solo me queda agradecerles a ellas por tanta generosidad y desearles lo mejor de este mundo siempre, es hermoso coincidir con gente así en esta vida.     

Y si… todo tiene que ver con todo.”

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